Formar relaciones estrechas y lazos de amistad sincera basados en la Bíblia, de ser posible con cada uno de los miembros de nuestra iglesia, es vital para fortalecerla. Esto demanda al menos tres cosas:

1. DEVOCIÓN,
2. TIEMPO DE CALIDAD, e…
3. INTENCIONALIDAD.

A eso es lo que el Nuevo Testamento se refiere con discipulado. Mt 29:19 Por tanto, id, y haced discípulos…

El discipulado no es de ninguna manera una nueva forma de hacer el ministerio, sino por el contrario: la más antigua, la más bíblica, la más apegada al método del Señor y de los apóstoles. Y por cierto, también la más efectiva.

«Fruto que permanece» es su resultado.

El trabajo personalizado o discipulado, fue la base sobre la que se apoyó  el Señor Jesucristo y posteriormente, dio como resultado el crecimiento acelerado de la iglesia durante la era apostólica.

No invertir tiempo en el discipulado personal es dejar todo para «cuando venga un problema»,  -y ciertamente que vendrá-.

Los pastores -como Marta, la hermana «activa» de María de Betania-, a veces nos ocupamos demasiado con muchos planes y programas.

Sin darnos cuenta, nos enfrascamos en muchas operaciones que nos impiden trabajar personalmente, uno a uno con la gente que Dios ha puesto a nuestro cuidado.

Haga discípulos y no parroquianos. Atienda personalmente en lo posible a cada uno y disfrute su ministerio.

Dios le ilumine y guíe.