El Tono Del Evangelio
EL TONO DEL EVANGELIO
No falta un día en que por nuestra casa, pasen personas vendiendo diferentes productos, anunciándolos cada uno, con un grito muy particular, todos de forma llamativa y entusiasta para animar a los vecinos a salir y comprarles lo que venden.
¡Ya llegaron las naranjas! ¡Aquí están los cocos helados! ¡Tortillas calientes! Etc.
Lo que Jesús nos envió a anunciar al mundo, se parece en mucho a lo que hacen estas personas con la frecuencia y entusiasmo que lo hacen. Todos los días, por la misma calle, y también en toda la ciudad, en cada estado y en el país entero siempre hay vendedores que anuncian algo.
Anunciar que ya está aquí el mensaje salvador, que solo tiene que acercarse para recibirlo, que es gratuito y está disponible para todos, debe ser la principal ocupación de cada persona que ha recibido el maravilloso beneficio de la salvación.
Evangelio significa: Buenas nuevas. Noticia que debe animar, producir gozo. Lucas 2:10
Para conseguirlo, es importante «agarrar el tono correcto» (en el argot de los músicos). Los discípulos aprendemos del Maestro ¿No? Veamos «el tono que agarró Jesús».
Unos 700 años antes de Cristo, Isaías escribió algo que Jesús cumpliría al pie de la letra. Isaías 61:1-2
1 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;
Pasado aquel tiempo, Lucas 4:16-20 refiere que Jesús leyó ese mismo pasaje estando en Galilea, pero que se detuvo a la mitad del verso dos. Después de leer la frase: «a predicar el año agradable del Señor» -En otras traducciones «el año de la gracia del Señor»- enrolló el libro y lo entregó al ministro de la sinagoga.
¿Por qué no mencionó el día de la venganza o de la ira que corresponde a la tribulación? ¿Por qué no mencionó la consolación de los enlutados que corresponde al Milenio?
Porque su ministerio «se ajustó al tono» que el plan de Dios establecía para este período. Dar buenas nuevas «en la tonalidad adecuada».
Todo su ministerio se mantuvo en «el tono de este sermón». Con el pueblo fue paciente, amoroso y se centró en proclamar la buena nueva. Con la samaritana fue respetuoso y pudiendo hacerlo, no le llamó desvergonzada. Con la que iba a ser lapidada por adulterio. La trató con respeto y compasión y aunque pudo haber sido muy duro con ella, ni siquiera le dijo ¿Ves el peligro en que te puso tu perversión?
Jesús predicó las buenas nuevas movido por el gozo de ver muchos salvados. Movido por la compasión que vemos en Oseas 11:8 –¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama toda mi compasión-. Y por el amor que revela Juan 3:16. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna– No predicó movido por la ira, –Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él-. Juan 3:17. Contrariamente a Jonás, Jesús si deseaba ver a muchos salvados.
¿QUÉ «TONO» LE DAMOS NOSOTROS?
ERRORES COMUNES
Tomamos la severidad de los profetas del Antiguo Testamento. Tomamos de Jesús la severidad con que ciertamente trató a los líderes religiosos. Eso nos lleva a presentar un Evangelio recriminatorio, enjuiciatorio y condenatorio como el de Jonás. -Por cierto, Dios no estuvo de acuerdo con él-.
LO INDISPENSABLE
Ciertísimo que hay que hacer clara la causa que obliga a requerir al Salvador, ¡El pecado!
Indispensable es dejar en claro, que reconocer y arrepentirse de los pecados cometidos, es condición infranqueable para obtener el perdón de Dios.
SALIENDO DE TONO
No nos corresponde culpar, sancionar, enjuiciar, o condenar, o predicarles para que sean condenados, ¡No! Sino darles a conocer las buenas nuevas para que sean salvos. No tenemos consigna de endurecer el mensaje.
¿POR QUÉ LOS PROFETAS HASTA JUAN EL BAUTISTA PREDICARON CONDENATORIAMENTE?
¡Simple! Porque fueron ungidos y enviados para eso.
Jesús predicó diferente porque según Isaías 61:1 dice: fue ungido para dar buenas nuevas, para establecer un tiempo especial: «El año agradable del Señor» Por ende, nosotros hemos sido enviados con una comisión como la suya.
¿Hemos sido acaso ungidos por el Espíritu Santo para… Ir por todo el mundo y predicar la «Buena nueva» de que hay en el cielo un Dios furibundo a punto de explotar y mandarlos a todos al infierno? ¿No es absurdo? ¡Esa no es buena nueva! ¿Es ese el «tono»? ¡CIERTO QUE NO!
Como en Romanos 1 y 2 se nos enseña claramente, tenemos el deber de informar que el pecado es grave para Dios. Que no dará por inocente al culpable, que su juicio se acerca, y que la condena es segura, eterna y terrible; pero inmediatamente… presentar las buenas nuevas de salvación. La oportunidad abierta de aprovechar ¡Hoy! la oferta de Dios.
ENTREGAR UN REGALO…
Debe hacerse en el «tono adecuado» ¡Jesús es el Regalo de Dios!
En el Antiguo Testamento, cambiar el «tono» del mensaje –dulcificarlo– hacía falsos a los profetas. Si endurecemos «el tono del Evangelio» ¿Qué? Si en su aparición como profeta Jesús se concentró en dar buenas nuevas, nosotros como discípulos suyos ¿Qué debemos hacer? Si dejó pendiente «El día de la ira» es decir: La tribulación o el «de la consolación a los enlutados» que se refiere «al Milenio» y se concentró en «proclamar las buenas nuevas» ¿Que debemos hacer Nosotros? -Aclaro que de ningún modo quiero decir que no debemos tocar esos temas-; Rotundamente ¡No! Pero hacerlo en «el tono de la buenas nuevas».
Jesús terminó su ministerio terrenal con los judíos, prácticamente con las palabras… Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. ¿No era el momento ideal para maldecirlos y sentenciarlos públicamente al infierno? ¡No lo hizo!
MIENTRAS LA IGLESIA SIGA EN LA TIERRA, EL AÑO DE LA BUENA VOLUNTAD DE DIOS ESTARÁ VIGENTE.
No nos hagamos más odiosos de lo que ya inevitablemente resultamos por naturaleza. Lucas 21:17. –y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre-. Arrepentimiento, gracia, perdón, amor, salvación, regalo, deben ser nuestro mensaje. No amenacemos, ni usemos la Palabra para meter miedo, no condenemos, ni juzguemos. Anunciemos la buena noticia en el «tono correcto».
CUMPLAMOS LA GRAN COMISIÓN CON GOZO, COMPASIÓN Y AMOR. «ESE ES EL TONO EL EVANGELIO».
2 Comments
Ciertamente el tono evangélico no es el de hacer bajar fuego del cielo o «que se van a podrir en el infierno», mas bien llamar al arrepentimiento confrontar a la persona de manera convincente con su condición pecadora. De acuerdo.
Saludos Nelson. Gracias por su comentario. Bendiciones.