El Judío Resucitado.
Todos hemos escuchado cuentos y leyendas de muertos y aparecidos. La mayoría describe lo que vieron como seres fantasmagóricos de tal manera que nadie puede afirmar con claridad qué vio o dice que vio. Por cierto, aparte de entretener y mantener expectantes a los oyentes de estos relatos, ninguna trascendencia aportan.
Lo que voy a referir ahora es diferente. Es historia. (Es decir: sucedió realmente. Tiene nombre, nacionalidad y tiempo. Pero sobre todo, es que muchos, más de 500 personas adultas al mismo tiempo lo vieron y oyeron lo que les decía) así que ésta vez no se trata de un cuento ni de leyenda alguna.
Esta persona murió y fue colocada en una sepultura de acuerdo a su época y costumbre.
Tres días después apareció vivo ante sus amigos más cercanos. ¡No murió realmente! –Puede que estés pensando-. -Bueno, juzga por ti mismo- El corazón le había explotado y para comprobar que había muerto le clavaron una lanza en el pecho a la altura del corazón que dejó una herida en la que la mano de un varón rudo podría ser introducida. ¡Claro que estaba muerto!
¿Te puedes imaginar el susto de los que lo vieron? Fue tal, que él tuvo que decirles ¡Tóquenme! Soy de carne y hueso, no soy un fantasma ni un espíritu. Para probárselos les pidió algo de comer. -Uno de los que escribieron estos hechos, dijo que Inmediatamente le sirvieron parte de un pez asado y un panal de miel y comió y bebió frente a ellos-. ¿Lo puedes creer? -Deberías- No, no era un fantasma, ni un espíritu. Su voz no era de ultratumba. No se veía ensangrentado, (aunque a la hora de morir todo su cuerpo había sido cruelmente lastimado). Eso si, se podían apreciar heridas en sus manos, en sus pies y otra muy grande en su pecho que no era visible bajo su ropa. Tampoco parecía moribundo o dolorido, ni presentaba apariencia cadavérica. No les quedó duda a los que lo conocieron y convivieron con él. Lo vieron morir, lo sepultaron tres días atrás, pero ahora estaba comiendo frente a ellos.
Por cuarenta días fue visto y oído por hombres y mujeres. Apareció cerca de su tumba, en casas, en caminos, a la orilla del mar, en una montaña y finalmente, en un campo en el que ante la vista de muchos fue llevado al cielo.
Uno de los que lo vieron; cuando fue interrogado de estos hechos declaró: –«Nosotros comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos«-.
¿Tienes una idea de quién es este hombre? ¿Te gustaría saber su nombre?
Su nombre “es” (No “era”, porque sigue vivo hasta hoy) Jesús. El Hijo de Dios quien murió en una cruz para cumplir el juicio de Dios sobre nuestros pecados y después de estar tres días muerto, sepultado en una tumba, resucitó para garantizarnos que el que crea en Él, resucitará también. «Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» Romanos 10:9-10
¿Tú lo crees?
Encuentra todos los detalles en tu Biblia Mateo 27 y 28 / Marcos 15 y 16 / Lucas 23 y 24 / Juan 19-21 / Hechos 10:40-41 / I Corintios 15
Pastor Verde.
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