Conoce Tus Límites
Algunas veces Luis, el fiel creyente de años, se sentía abrumado por el peso de la culpa que le producía aceptar que diez años de haber recibido a Cristo como Salvador no habían sido suficientes para hacer un sólo discípulo.
Sentía cierto grado de envidia por que otros de menor tiempo habían comenzado a producir fruto reproduciéndose, en tanto que él permanecía en infertilidad aún.
Muchas veces se había preguntado si tal vez Dios lo había llamado solo para asistir a los cultos pero no para llevar fruto. De inmediato, Juan 15:16 resonaba en sus adentros recordándole siempre: «Os he puesto para que lleveís fruto» pero entonces, no entendía qué estaba sucediendo con él.
De hecho deseaba hacer algo al respecto pero se hallaba impotente para lograr consumar lo que estaba en su corazón hacer.
Es obvio que habían límites en Luis que él mismo no conocía. Es obvio que esos límites estaban haciéndolo inproductivo para su Salvador; y también es obvio que no le permitían sentirse gozozo, victorioso y glorificar a Dios con su gratitud por los resultados.
¿Cual puede ser la causa que como a Luis, mantiene a millones de cristianos en todo el mundo en estas condiciones? Porque así es, las estadísticas señalan que solo entre el diez y el quince por ciento de los creyentes se involucran a fondo en el plan de Dios para la iglesia.
Esos límites; ¿Están en ellos o en las circunstancias, la gente o quizás en Dios? O ¿tal vez Luis a pesar de sus diez años de creyente, nunca ha podido eliminar de sí algun patrón erróneo de pensamiento, sentimieno, acciones u omisiones que le afectan y le hacen improductivo y sin poder. ¿Qué pasa si Luis vive dominado por el temor al rechazo que se creó en él desde su infancia? ¿Podrá ser un testigo eficaz de Jesucristo? Parece que no ¿Verdad?
Pues la lista de los posibles causantes de esta improductividad en todos los Luices del mundo puede ser bastante larga y merece que se le dedique tiempo y se aplique un plan para ayudarles a superarlos con la Palabra si es que escucharán un día…»Bien; buen siervo y fiel; sobre poco haz sido fiel; sobre mucho te pondré».
Ayudemos al mayor número de Luices a ¡Superar Sus Límites!
¡Acelere de Cero a Cien!
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