Con un Pie en el Estribo.

Con Un Pie En El Estribo.

Decimos que alguien tiene «un pie en el estribo, cuando está a punto de iniciar la marcha.

El estribo es el artefacto en el que reposan los pies del jinete, y donde se apoya para subirse a la montura. Por eso, quien pone o está con el pie en el estribo está prácticamente comenzando la marcha.

Aplico este dicho popular a la iglesia, no porque reciba visiones o sea profeta a manera de aquellos que escribieron sobre eventos futuros en el Antiguo y Nuevo Testamento, no. Escribo como un cristiano común que entiende…

  1. Que nunca la misericordia de Dios se prolongó tanto como ahora.
  2. Que la maldad del mundo ha avanzado a niveles insospechados hace apenas 40 años
  3. Que la incredulidad e insensibilidad a La Palabra de Dios es casi total.
  4. Que la iglesia a nivel general a llegado al punto en que estaba el pueblo de Israel en los días de Jesús.

Explico esto último: Esperaban de tal forma al Mesías, que estando frente a ellos no pudieron reconocerlo. Me pregunto si la iglesia no ha llegado a la misma condición hoy. Alejados de la Verdad, en pos de milagreros, videntes o «profetas » y falsos apóstoles lucrando con la ignorancia espiritual del pueblo.

La iglesia organiza costosos shows «perdón, cultos» en una carrera por llamar la atención para atraer más que otras nuevos miembros para su movimiento. Alargan el show y recortan la enseñanza de la Palabra.
Muchos celebran semana santa y navidad por tradición. Porque implican fiestas, convivencia y dinero.

Pocos entienden que el Cristo de esas celebraciones está llamando a la puerta. La iglesia tiene «un pie en el estribo» del arrebatamiento pero no acaba de creerlo.

Todo está listo para la inmediata aparición del anticristo, (quien es otro que ya tiene un pie en el estribo) y muchos todavía pensamos que es tiempo de grandezas.

Quizás será esta etapa la última gran oportunidad de predicar el Evangelio a toda criatura. 

¡GRAN OPORTUNIDAD!

En medio de esta terrible cuarentena bueno sería aprovechar  capacitar a nuestra gente para evangelizar y discipular, repartir folletería y entrenarlos para salir a gritar el Evangelio por las calles y las casas mientras sea posible.

Invirtamos lo que podamos en evangelismo, enfoquemos todo recurso a  evangelizar y discipular. No es tiempo de ponerle cordones dorados a las cortinas y extender las propiedades.

Nunca tendremos mejor oportunidad que el COVID19 para ello. En cuarenta años de vida cristiana puedo asegurar que nunca hubo algo como esto que hiciera al menos dudar a los incrédulos si acaso la Biblia tendría razón. Si tal vez esos «locos» cristianos habían dicho la verdad. Si debían tomarlo en serio. El mensaje del amor de Dios envuelto en pañales y acostado en un pesebre en Belén no impacta más a nadie. El Cristo destrozado en la cruz no «compunge más los corazones» (Hechos 2:37).

Hacía falta un mensaje diferente, uno que comenzara con «Mira lo que eres frente a un simple y microscópico virus que ni a ser vivo llega» (según expertos). ¡Funcionó! Desde los más poderosos hasta los más pequeños se rindieron ante «la corona del virus» Covid-19 y la humanidad entendió que no somos nada. Y algunos, que solo un Ser Omnipotente puede librar o rescatar de una pandemia así.

Amados hermanos, los cristianos tenemos «un pie en el estribo» del arrebatamiento. Estamos a punto de experimentar el cumplimiento de una de las grandísimas promesas del N.T. y habemos quienes esperamos que la cuarentena termine para seguir como si nada, con nuestros planes terrenales.

Como dijo Dios a Baruc por medio de Jeremías 45:5 ¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde fueres.

Nadie lo dijo más claro que Jesús a los de su época…

Mateo 16:3 !Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, !mas las señales de los tiempos no podéis!

Hoy nosotros sabemos con certeza si habrá lluvia calor o frío las siguientes horas, pero no nos damos cuenta que «ya tenemos un pie en el estribo del arrebatamiento». No es tiempo de comprar propiedades y construir templos más grandes o adornar los que tenemos, es tiempo de ir por todo el mundo y predicar el evangelio a toda criatura. El plazo se acorta cada segundo. Después, nunca más podremos hacerlo.

Capacítate intensivamente para evangelizar y discipular en 16 temas mientras estás en cuarentena. Salte listo para llevar a otros a los pies de Cristo con el poder del Espíritu Santo.

Apocalipsis 19:11 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.

«Jesús Ya tiene un pie en el estribo«

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M. F. Verde.

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