¿Si Jesús te dijera sígueme?


Mateo 8:18

Viéndose Jesús rodeado de mucha gente, mandó pasar al otro lado.

¿Por qué si el ministerio de Jesús estaba atrayendo mucha gente, los dejó para cruzar el mar de Galilea de norte a sur? 

Quería confrontarlos consigo mismos con los verdaderos motivos que tenían para estar alrededor suyo, y sus prioridades frente a Él.

La orden debió ser algo parecido a esto: ¡Todos los que quieran y tengan acceso a barcas síganme, vengan conmigo al otro lado del mar! Esto bastó para que demostraran sus verdaderas prioridades e intenciones al estar ahí con Él. Veamos en detalle las actitudes de los que estuvieron involucrados.

1) La mucha gente que lo había rodeado v. 18.

Deseaban escuchar para saber, ser sanados, ver milagros, asombrarse, confirmar lo que habían oído sobre Él, tener algo qué contar, y claro, también algunos aceptaban que era el Mesías. Cuando escucharon la orden de pasar al otro lado; la impresión es que, -fuera de los de siempre-, solo uno dio un paso al frente.

2) El escriba voluntario.

Este hombre expresó su intención de seguirle, no solo para cruzar el Mar de Galilea, sino seguirlo a cualquier lugar que fuera. El problema fue que habló sin pensar en el precio. El dijo: Maestro, Mt 8:19  (Señor en Lucas 9:57), te seguiré a donde quiera que vayas ¿Lo dijo emocionado, o por impresionar? No es fácil responder a esta pregunta. El hombre era un escriba. Su estilo de vida era cómodo probablemente, gozaba de una elevada reputación entre el pueblo. Simplemente enmudeció ante la “lista de precios” que le presentó el Señor. Jesús le dio a entender algo como lo siguiente: -Algunos animalitos viven mejor que yo. Yo no puedo establecerme ni siquiera en una cueva, porque mi ministerio es recorrer Israel entero, y tampoco tengo tiempo ni para construir una morada improvisada (nido); en realidad: “No tengo ni donde recostar mi cabeza”. ¿Vienes? Para ese escriba fue suficiente. Todo su deseo de ser discipulado y su espíritu evangelístico parece haber terminado ahí.

3) El “discípulo” invitado

Mateo 8:21 y Lucas 9:59, el segundo, según Mateo, era “discípulo”. Fue invitado directamente por el Señor, y sintiéndose comprometido, pretextó: “Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre y a mi madre” dando a entender: “Yo si voy, no hay problema; solo que soy responsable de mis padres. No puedo dejarlos solos ahora; debo esperar a que los dos mueran para estar libre y seguirte” Jesús le dijo “Sígueme (ahora) deja que los muertos entierren a sus muertos”. A pesar de la revelación de la triste condición espiritual de sus padres, no se le escuchó responder: Bueno, entonces no tengo nada que hacer aquí. ¡Vámonos!

4) El tercer «voluntario»

Se hizo un breve pero embarazoso silencio que según Lucas 9:61 rompió un tercero. Quizás solo porque la mirada del Señor se cruzó con la suya  se vio forzado a decir algo. Esta vez él diría algo razonable; que satisficiera al Señor. Algo que ni acabara dejando claro que no lo seguiría nunca como el escriba, ni que tomara tanto tiempo como el segundo que esperaría que mueran sus padres para seguirlo. Así que le dijo: Te seguiré Señor, pero déjame que me despida primero de los que están en mi casa. (Esta actitud podría representar muy a bien a quienes íntimamente no se comprometen, pero aparentan estar comprometidos cuando están en publico). Quizás esperaba que Jesús le dijera: ¡Hombre! eso si que es razonable; muy bien, ve, aquí te esperamos, no nos moveremos hasta que regreses, no te tardes por favor, ¿Eh? O tal vez… está bien entonces, en el próximo viaje será.  ¡Para nada! Jesús le respondió dándole a entender: si vas a ir con el corazón puesto en lo que dejas atrás ¡No sirves para esto! ¡O me sigues ahora, o te quedas!

 

Note que: “La mucha gente” no se movió ni habló. De entre ellos surgieron solo tres que ofrecieron ir. Los tres le llamaron Señor pero finalmente ninguno lo siguió.
Mateo 8:23 dice: Y entrando Él en la barca, sus discípulos le siguieron. Una sola barca indica, que no fueron muchos, ni probablemente se incluyeron nuevos, sino que fueron con Él los pocos de siempre.

 

CONCLUSIÓN:
La “iglesia” del siglo XXI sigue actuando igual.
O anda alrededor de Jesús por tradición; o por lo que puede dar. Por lo que puede hacer en su favor; por curiosidad y/o por mil ideas más. Están ahí para y por,  lo que ellos mismos quieren, necesitan, o les gusta. Algunos hasta  llegan a aceptar a Jesús como Salvador y le llaman “Señor” pero no están dispuestos a seguirlo. Permanecen pasivamente alrededor de Él como el resto del grupo.

Solo unos cuantos, están dispuestos a dejarlo todo para seguirlo a Él. Mateo 19:27 Marcos 10:28.

 

¿Formas parte de un grupo de creyentes o iglesia? 

 

¿Por qué has estado alrededor de Jesús hasta ahora?

 

¿Es tu Salvador y Señor? 

 

¿Te consideras discípulo?

 

¿Si Él te dijera: sígueme; qué responderías?

 

EFECTOS NEGATIVOS DE ESTAS  ACTITUDES.

 

Muchos piensan que así es el cristianismo y se unen al grupo pero no al Señor.

 

Los líderes se enfocan al grupo y no en los verdaderos discípulos por que siempre son muy pocos.

 

Esto lo saben bien los ministerios fraudulentos como “Pare de Sufrir” o los  carismáticos libertinos de la “Nueva Era Apostólica”, entre muchos otros. Se enfocan a la multitud para satisfacer sus demandas ofreciéndole a la gente lo que necesitan o le gusta, en el nombre de Jesús. Ese es su recurso y negocio. La mayoría de sus miembros está contenta, porque no tienen otro compromiso que acaso volver el siguiente domingo para comprar el artículo promocional milagroso de la semana y;  o «darle a Dios» un poco de dinero, que los líderes “consagrados” sabrán cómo “usar para Dios” en el siguiente “show”. Que nadie se caliente la cabeza pasando dificultades o incomodidades.

 

Dios te bendiga.

Pastor Verde.

author avatar
Pastor Verde
Pastor Verde

1 Comment

  1. Avatar
    Claudio junio 04, 2015

    Muy buena esta reflexion ojala la iglesia despierte de esta situacion

    Reply

Leave reply

<

Descubre más desde Discipulados

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

× ¡Bendiciones! ¿Alguna pregunta?