Resistencia Al Cambio

Dicen que en el ser humano hay por naturaleza una resistencia al cambio. Si de cambiar el formato conocido para hacer las cosas implica que hay que probar, aprender  y correr riesgos; la reacción estándar es preferir lo que ya se sabe, lo que se domina, lo que ya no demanda esfuerzo y no representa riesgo. En otras palabras se prefiere mantenerse en una zona de confort.

Jesús enfrentó la resistencia al cambio cuando el grueso de los fariseos, los sacerdotes saduceos y los escribas, presentaron un bloque en su contra porque su ministerio y su forma de ejercerlo era completamente distinto del modo en que ellos estaban acostumbrados a ver y hacer las cosas. El Señor se refirió a ello con el ejemplo del error de echar vino nuevo en odres viejos»

Luc. 5:37-39

Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán. Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conservan. Y agregó: Y ninguno que beba del añejo, quiere luego el nuevo; porque dice: El añejo es mejor. 

El nuevo modelo de ministerio del Señor (vino nuevo) lo invirtió (vertió) en personas abiertas al cambio (odres nuevos) Es decir gente con la que no tendría que estar luchando constantemente para moldearlos a su forma. ¿Lo ve? Es la razón por la que no fue al templo a buscar gente preparada -y es que seguramente habían muchos ahí-. ¿Estaban preparados? si, pero no para recibir el «Reino de los cielos». Estaban preparados para seguir haciendo las mismas cosas del modo en que estaban acostumbrados. ¿Hasta cuando? Hasta la venida del Mesías. ¡Su Mesías llegó, pero no pudieron reconocerlo!  Tan influenciados estaba por su propias tradiciones y leyes que viendo, eran ciegos. Si alguien hacía algo que no era a su modo, lo veían con recelo. sospecha y resistencia. Se convertía en su enemigo.

Dos mil años después de haber sido establecida la iglesia, la resistencia al cambio está presente en ellas. Hay iglesias «abiertas» a cambios, y otras que no.

El sentido positivo de «Abiertos al cambio»

Cuando hablo de «abiertas» me refiero a iglesias dispuestas a hacer lo  pertinente dentro de la ética y doctrina bíblicas  para:

1) Difundir más extensamente el evangelio,

2) Elevar el nivel de calidad de su enseñanza bíblica.

3) Aplicar lo mejor de su potencial humano a hacer discípulos.

 Iglesias listas para revaluar lo que están haciendo, y cómo lo están haciendo. Dispuestas a probar nuevos métodos. Iglesias dispuestas a invertir dinero, tiempo, y personal.Iglesias dispuestas a correr el riesgo de fallar, para aprender de los errores cometidos en la marcha, corregir y proseguir a la meta.

El sentido negativo de «Abiertos al cambio»

Jesús dijo:

Mateo 5:16-18 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.no he venido a abrogar la Ley sino a cumplirla.

Aunque su ministerio era diferente al modo en que los judíos hacían las cosas, no se apartaba de la Escritura. Todo lo contrario. Su movimiento estaba centrado en el espíritu de ella, y para probarlo, se dispuso Él mismo a cumplirla al pie de la letra, y sobre la cruz.

El sentido negativo de «Abiertos al cambio» es cuando por alcanzar los objetivos de «alguien» «o de algunos», la iglesia se dispone a hacer cualquier cosa que llame la atención. Que sea rimbombante, graciosa, espectacular, sin importar si contradicen las Escrituras. Si hay que crear doctrinas nuevas o torcerlas un poco para lograr la meta, no hay problema, el fin justifica los medios. Trágicamente para todos, el cristianismo del siglo XXI está infectado de esta plaga. Como  lepra, va deformando y creando monstruos espantosos que dicen ser obra del Espíritu por el Nombre de  Jesús de Nazaret. ¡La iglesia nunca debe abrirse a este tipo de cambios!

La iglesia que no admite cambios

 

 

 Por último, queda el detalle de la iglesia que no admite cambios.

Independientemente de sus argumentos a favor, no se admiten cambios, porque  lo más probable es que haya caído en legalismos parecidos a los que mencioné arriba; el de los escribas, fariseos y saduceos. «Ni entran, ni dejan entrar a otros».  Se convierten en un grupo aislado, de donde el Señor no puede encontrar discípulos.

¿Donde será más fácil comenzar a hacer discípulos? ¿En la iglesia abierta a cambios, o en la cerrada?

¿Qué opina?

Pastor Verde.

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