Juventud Tesoro Invaluable (Parte dos)

 Vivir la juventud en el área espiritual (Segunda parte)

 

 Muchos adolescentes viven enojados, aunque parezca que son muy felices.

9Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios .10Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad. Eclesiastés 11:9,10

Con facilidad se enojan con las personas que tienen la buena intención de guiarlos, aconsejarlos, o corregirlos cuando es obvio que están tomando un sendero peligroso.

Son principalmente los padres quienes sufren esta actitud mientras tratan de ejercer su paternidad de la mejor manera posible. Pero no sólo ellos; cualquiera que ejerza  una posición de autoridad sobre ellos representará un reto a su inteligencia y “madurez”; llámese padre, abuelo, pariente, amigo, maestro o policía. Esto se debe a que el lente de aumento del cristal a través del cual un adulto promedio en madurez  mira la vida; en contraste con el cristal plano color rosa a través del cual un adolescente mira la suya.

Ese choque de enfoques  provoca su enojo y debido a ese enojo, es fácil que el muchacho o la chica se deslicen  sin frenos por terrenos donde pueda evadir la presencia y autoridad de esas personas claves que tienen el deber y la voluntad de protegerlos y guiarlos, y se relacionen con otras que les parecen divertidas pero que en l fondo, lo sepan o no; tengan la intención o no, los conducen por malos caminos. Este el tremendo peligro de la adolescencia

Aquí es donde hay que tomar en cuenta vivir la adolescencia en el área espiritual.

9Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios .10Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.

 Da la impresión que Dios no intenta en Eclesiastés capítulo once dar consejos, sino de informar sobre las opciones y sus consecuencias. Mientras que en el verso nueve dice algo como esto: <Haz lo que quieras, pero más te vale no enojarte tanto y alejarte de la maldad, porque la adolescencia no dura mucho pero el daño que te puedes causar  en esta etapa puede durar el resto de la eternidad>.  En el versículo diez dice:<Cuando hayas hecho que quierassabe que serás juzgado por Dios>.

Retomando aquel informe de la neurociencia y la escasa experiencia vivencial de un adolescente, (Párrafos tres y cuatro de la primera parte) cualquier jovencito diría: ¡No me pidan más de lo que puedo dar entonces por favor!

Efectivamente: No se le puede pedir  al jovencito que haga lo imposible;  pero sí  motivarlo para que explote uno de sus más altos potenciales en esta etapa de la vida: Sin discusión; la adolescencia es una de las etapas más favorables para adquirir conocimiento, y habilidades. El adolescente promedio es una esponja capaz de absorber grandes cantidades de conocimiento intelectual y práctico. Aprender a obedecer órdenes y condiciones debiera ser entonces ser una de las acciones fáciles de ejecutar para  un adolescente. Aprender a obedecer en vez de pedir demasiadas explicaciones, es una disciplina que puede marcar la diferencia entre una adolescencia que transcurre feliz, supera los peligros que la rodean; y otra que dejará profundas huellas negativas, dependencias y obligaciones indeseadas producto de errores y malas decisiones tomadas.

Aprender a obedecer puede ser la diferencia entre vivir o morir tempranamente y no exagero.

 

Sigue la próxima publicación y entérate del porqué lo digo.

 

Pastor Verde

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