El Siglo de Los Derechos y Las Libertades (Primera parte)

El siglo XXI  se distingue por ser el siglo del  reclamo y reconocimiento de los derechos.  ¡Arriba nuestros derechos!

Todo mundo habla de derechos y así los exige. Derechos del consumidor, derechos de la mujer, derechos del niño, derechos de los ancianos, derechos laborales, derechos a la salud, derechos a la vivienda, derechos a la educación, derechos de fuero, derechos de los homosexuales; y seguro se me pasan por alto muchos más. Aún los criminales exigen sus derechos humanos.

No cabe duda que se han superado los tiempos en que había que soportarlo todo calladamente. Hoy todos pueden reclamar lo que les corresponde o no, por derecho. Quedó atrás  la horrible esclavitud y la explotación.

Como en todo siempre hay excepciones y áreas pendientes. Pero este siglo será conocido como el que hizo relucir los derechos del hombre. En materia de derechos; porque el avance es innegable.

Pero… ¿Qué tal se ha avanzado en materia de responsabilidades? ¿Acaso nadie sabe que no hay derechos sino existen  responsabilidades?

 Por ejemplo: se oye mucho de los derechos humanos de los delincuentes, pero fuera del derecho que tienen las víctimas (si acaso sobreviven) de denunciar el delito cometido en su contra, ningún otro derecho las asiste.

Se habla mucho de los derechos laborales pero no se enfatiza debidamente el deber que tiene todo trabajador de laborar esforzada, responsable y productivamente  para la empresa con que contrató sus servicios.

Mucho se habla del derecho de los hijos pero nada se oye de la responsabilidad que los hijos tienen de honrar y obedecer a sus padres.  En fin ¡Arriba nuestros derechos! ¿Quién quiere hablar de responsabilidades?

 La Era De Las Libertades

Del mismo modo que con los derechos,  sucede con las libertades: Libertad de géneros, Libertad de culto, Libertad de expresión, libertad de preferencias sexuales.  Es el antiguo  libre albedrío en su expresión más amplia pero también la más confusa.

Nos ha tocado vivir tiempos que fácilmente nos confunden.  Dígame si no le cuesta precisar qué es bueno y qué es malo; qué favorece y qué perjudica; qué edifica y qué destruye.

Los tiempos no son difíciles porque lo digo yo; sino porque  lo grita la humanidad entera; lo grita a voces el planeta mismo. Lo gritan los mismos que tienen a su cargo el gobierno en todo el mundo. Lo dice la prensa, la radio, la literatura, la televisión, el cine y todo medio de comunicación masiva, incluida la internet.

¿Sabías  que Las películas más taquilleras son las que presentan temas apocalípticos? Quizás se deba a que estamos conscientes de que no nos queda mucho tiempo.

¡Se ha perdido la brújula!  ¡El timón ha sido soltado! ¡Estamos a la deriva! Se ha perdido el rumbo y son pocos los que se percatan. Quienes se preocupan por solucionar tal situación. (Si acaso fuera  posible); enfrentan tanta oposición que su labor es fantasía. Los que dicen saber a dónde vamos con esta manera de pensar son tan pocos y sus voces tan opacas, que se pierden entre lo mucho que se dice y  lo poco que se hace.  Casi nada  llega a feliz término en sus intentos porque hay demasiados intereses y oposición. Ninguna medida correctiva  parece  funcionar sin trastocar intereses.

Para mucha gente;  los pocos que se atreven e intentan  señalar  el rumbo, son etiquetados como: duros de cabeza, cerrados de mente,  intolerantes,  y necios. No se le debe -Dicen- conceder el derecho de expresar lo que piensan por ser extremistas. Son  ignorantes,  ingenuos  o encubiertamente perversos. No tienen el mínimo tacto para expresarse; y se les debe negar hasta el aire que respiran.

“La verdad se fue de paseo,  la justicia no vino y por donde volteemos no se ve ni de lejos venir a la esperanza” 

Todo es podrida llaga  e hinchazón. Todos se han corrompido a una se hicieron inútiles».

Palabras antiguas pero vigentes a la fecha. ¿Corrupción y mentira?…  – ¡Son malísimas! Todo el mundo lo sabe; pero  todo mundo las  usa  porque  después de todo, parecen ser  las claves del éxito.

Quedaron obsoletos los viejos  valores y afectos naturales. Hoy todo se nos debe. Todo es nuestro . No hay barreras ni márgenes; todo nos corresponde.  Tenemos derecho no solo a ser respetados en nuestras decisiones  y preferencias;  sino que los demás están obligados  a incluirnos en sus roles de vida así como hemos decidido ser aunque no les guste. Si no nos aceptan; estamos en nuestro derecho  de acusarlos de intolerancia.

¿Dónde queda el derecho de elección de los que no están de acuerdo con nosotros?  ¿A quien le importa!

Si alguien mata a sangre a fría  tiene el beneficio de conservar íntegros todos sus derechos humanos. Quien fue asesinado ¿Para qué los quiere ya si está muerto?

Nuestra generación ha llegado a suponer que descubrimos» los valores secretos  de la anarquía» Parece que hemos descubierto la punta del hilo que nadie se había dado cuenta que existía. Ya tenemos el secreto para ser felices sin tener que rendirle lealtad, consideración, respeto,  ni cuentas a nadie. Crece el ejército de los que nada saben ni quieren de  responsabilidades.

¡Vivan nuestros derechos y nuestras libertades!

¿Es esto correcto? ¿A donde  estamos yendo ? ¿Vivimos mejor que antes? ¿O por todo esto algunos pensamos que vamos llegando  al final?

En breve  la segunda parte de este artículo. ¡Espéralo!

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Pastor Verde
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