Sencillamente

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SENCILLO.

Los tiempos modernos incitan a veces elaborar proyectos que resultan ser un verdadero desafío a las capacidades de creatividad y liderazgo; un quebradero de cabeza para los pastores y líderes de servicio cristianos.

¡HAY QUE TENER UNA VISIÓN GRANDE PORQUE TENEMOS UN DIOS GRANDE!

He escuchado, y leído esto cientos de veces. También he oído y leido hasta memorizar:

-PARA HACER GRANDES COSAS HAY QUE PENSAR EN GRANDE.

Y ahí caemos muchos; estas filosofías nos atrapan. Hacemos un gran esfuerzo; nos rompemos la cabeza y proyectamos obras grandiosas que demandarán a veces millones de dólares para realizarse. Comprar grandes propiedades, construir grandes  y funcionales edificios, para la instalación de grandes y modernas oficinas, comprar  unidades móviles  adecuadas y equipos de comunicación y cómputo sofisticados, y seguramente también, la contratación de una decena de colaboradores calificados para la misión que emprendemos. Lo malo es que casi siempre se parte del más redondo y grande… cero.

En una escala más típica, más común; la mayoría de los líderes tiene la “visión” que si consiguen  un gran templo terminado,  la obra de “hacer iglesia” se facilitará. (Quienes nos congregamos en un templo propiedad de la iglesia podremos afirmar o aclarar tal supuesto).

Permítame compartirle algunas ideas.

  Indudablemente que como iglesia, no podemos aislarnos de las situaciones y necesidades que experimenta la sociedad que vive alrededor nuestro. Ellos son el objeto del amor de  Cristo y nosotros debemos amar lo que Él ama. La iglesia debe estar atenta, consciente y atender  en la medida de sus posibilidades, las necesidades reales de la sociedad en la que está ubicada.  Escuelas, hospitales, orfanatorios, comedores, refugios, campamentos hogares  para huérfanos y ancianos son solo algunos ejemplos de lo que puede estarse necesitando ahí afuera de nuestra congregación. Pero la atención de estas necesidades exige grandísimos esfuerzos en todos los sentidos. Aunque  importantes y necesarios tales emprendimientos; no  debemos hacernos perder de vista que son solo accesorios que la iglesia implementa para demostrar el amor de Cristo a su comunidad,  Participar en la provisión para estas necesidades con la finalidad de facilitar el acceso a la satisfacción de la verdadera y más grande y urgente necesidad del ser humano que es la salvación de su alma, lo cual demanda una de las dos funciones medulares de una iglesia: Predicarles el  Evangelio.

Involucrar a la iglesia en proyectos colaterales a  esta encomienda del Señor, debe ser resultado de la absoluta certeza de que Dios le ha designado para  una empresa de este tipo; una clara visión de la problemática  a resolver; de alguna necesidad qué cubrir. Demandan  establecer una visión clarade la misión a realizar y las estrategias   adecuadas para conseguir las metas deseadas. Muy importante será establecer  también el mecanismo para  aprovisionarse  de los fondos monetarios que demandará el proyecto  sin duda alguna.

Si los proyectos no están inclinados a resolver  problemas específicos, ni a satisfacer alguna necesidad específica de la iglesia o de la gente que forma la sociedad que rodea a la iglesia con miras a su evangelización;  entonces hay que revisar su  verdadera  motivación antes de dar un paso más.  Ya que como cualquier empresa humana, puede funcionar o no. Si funciona será un gran motor  para la iglesia; si fracasa no solo representará  un retroceso, sino que se llevará entre los aparejos el testimonio,  el ánimo, y posiblemente la unidad  de la congregación.

SENCILLAMENTE

Para hacer Iglesia local en cambio, solo es necesario asegurarnos que las acciones a tomar queden dentro de la visión preestablecida en Nuevo Testamento.

Para ser sincero; creo que si de hacer iglesia se trata (Puedo equivocarme, y ruego me dispense  si lo hago) según lo veo;   realmente no requiero tener  una visión literalmente propia.

Permítame recalcar que estoy hablando de “hacer iglesia”  local.

En su libro Mi Experiencia Con Dios Henry T. Blackaby dice algo que impactó mi manera de pensar en cuanto a visión: El dice: – Vea donde está trabajando Dios y métase ahí. ¡Uy!  Esto era totalmente opuesto al modo en que estaba haciendo las cosas hasta entonces,  lo que hacía normalmente era: Dios, aquí está lo que he planeado; lo único que necesito ahora es que lo bendigas es decir: solo me falta que tú te involucres en esto (ja, ja, ja, ). ¿Parece ridículo? Bueno; esta era la forma en que había hecho muchas cosas en mi ministerio. Pero como resultado del conocimiento del   enfoque de Blackaby, ahora creo que si alguna visión requiero es esta: la capacidad de ver donde está obrando Dios. Pero aun mejor: la capacidad de estar atento a cada situación en la que me veo involucrado para sacar el mayor provecho  para Dios. (Porque Dios está ahora mismo obrando en todas partes y lo único que falta es que yo abra los ojos) Para esto Blackaby cita ejemplos bíblicos de liderazgos claves como el de Noé, Abraham, Moisés, etc. Donde ninguno comenzó nada por su propia visión y cuenta. Siguieron  instrucciones que Dios les daba de acuerdo a Su visión y su  propósito; conforme al ritmo de su voluntad. Ninguno estaba creando proyectos para poner a funcionar cuando Dios decidió involucrarlos. Vino a ellos y les dijo te quiero para esto y punto. La duración,  vigencia, desarrollo y logros de sus ministerios fue de acuerdo a la visión del plan de Dios y no por la visión, el esfuerzo o la prisa que cada uno pudo imprimir a su servicio. Cuando Dios quiere ponerle velocidad a su proyecto capacita misteriosamente al varón o varones que usará para causar  la “explosión” que planeó. Tal es  el caso de Juan El Bautista, los primeros apóstoles o Pablo que fue el último de ellos, por ejemplo.

Hasta donde el Señor dejó las cosas en el libro de Hechos capítulo 28, lo único que tenemos que hacer es sumarnos a lo que él estaba haciendo (y es que la obra de Dios es desde la eternidad, hasta la eternidad según Efesios 1). No hay nada nuevo bajo el sol, y eso; literalmente.

Sin duda el proyecto divino para hoy se llama Iglesia, la cual debe ser edificada ladrillo por ladrillo, paso a paso, día a día y nosotros somos los comisionados para esa labor. Cualquier otro enfoque puede resultar original, rimbombante, brillante, ambicioso, llamativo, estratégico, inteligente y mucho más, pero Dios persiste desde hace dos mil años (tiempo de hombre) en sacar adelante un solo proyecto: “¡Edificar La Iglesia!”

Creo firmemente con relación a la tan citada «Gran Visión» en los tratados modernos de liderazgo cristiano, que “para hacer iglesia”, necesitamos asegurarnos, hoy más que nunca, que “nuestra visión” se ajusta al proyecto establecido por Dios. Que está  fundada en la visión de Él, y no en la nuestra; si es que ha de prevalecer y llevar frutos al cielo.

La iglesia no puede fracasar porque es efecto de la visión y del esfuerzo de Dios y no nuestro. Por tanto es seguro involucrarse en su edificación. ¡LA IGLESIA COMO TAL NO FRACASARÁ NUNCA!

PERO TENER CLARO LO QUE ES LA VISIÓN DE “HACER IGLESIA” Y LO QUE ES LA VISIÓN DE “INVOLUCRAR A LA IGLESIA EN OTROS PROYECTOS” ES SUMAMENTE IMPORTANTE.

En ese sentido, tengo que reconocer que yo no he sido llamado a inventar nada. Fui escogido por Él para seguirlo a Él, para andar como Él anduvo, para vivir como él vivió, para ser como él es, para amar lo que Él ama, para servir como él sirvió. En el tengo mi ejemplo. (Aunque me está costando muchísimo lograrlo)

En serio creo y afirmo que  (yo) no fui llamado a crear nada. Todo está dicho en el Nuevo Testamento.  Lo que haga dentro del ministerio debe tener forma de iglesia y ser como debe ser la iglesia. El resultado es para la iglesia, y la iglesia es de Cristo. Yo pertenezco a Él y lo que hago debe ser como él  lo estableció. La iglesia debe ser una asamblea en la que se adora a Dios en espíritu y en verdad. Debe fomentar la maduración del carácter de cada persona que forme parte de ella; algunas veces con puro gozo  y  otras también con lágrimas. Aun este sitio web persigue el objetivo de mantenerse dentro de la línea de la visión de Él en cuanto a la iglesia y todo lo que escribo y comparto es desde la iglesia; y para la iglesia, y me da pánico que así no fuera.

La iglesia tal como fue establecida, es la columna y el baluarte  que sostiene la verdad en este mundo,  da a conocer el plan de salvación en todas direcciones  y es la encargada de presentar a todo hombre perfecto en Cristo Jesús Según colosenses 1:23 ¿Es poco  este proyecto para intentar abrazar otros? A mí me parece que mi vida toda, es  nada que aportar para desarrollar un proyecto como este; rebasa mi capacidad y vigencia, soy intrascendente, y sin embargo así  es; porque es parte del proyecto divino. (Hasta hoy no conozco a un líder cristiano de doscientos años ji, ji,  ji,-perdón por la nota chusca)

HACERLO SENCILLO ES:

Mantener claro en la mente, que “hacer iglesia” no obliga a abrazar grandísimos proyectos si Dios no nos ha capacitado y específicamente llamado para ello. Sí, en cambio; todos hemos sido llamados para “hacer iglesia”; lo cual no demanda  ni visión propia, ni grandes proyectos,. Dios no  exige esta clase de esfuerzos, ni nunca pedirá lo que no podemos hacer por que Él no nos dotó de lo necesario.

HACER IGLESIA ES ALGO SENCILLO QUE TODOS PODEMOS Y DEBEMOS HACER. Mire si no es así.

Hacer iglesia requiere Evangelismo, y discipulado. Y ambos demandan la Palabra de Dios, el ministerio del Espíritu Santo y un cristiano obediente, sencillo como paloma y prudente (maduro; o poco menos) como serpiente. Mateo 10:16

La Palabra ya estaba en el mundo antes que yo naciera, El Espíritu Santo se movía sobre la faz de la tierra antes que Dios creara al hombre; es eterno, lo único que me toca a mí, es ser un cristiano a la medida, y enseñar a otros las mismas cosas que en mí son verdad. ¿Difícil?

¡No hombre!

HAGÁMOSLO SENCILLO

A menos que sepa con certeza que Dios le dotó de alguna capacidad para realizar algún proyecto y esté seguro que le designó para hacerlo,  hágalo sencillo. Quítese de encima cargas innecesarias que pueden abrumarle, y consumir su  vida; su energía física, emocional  y espiritual; planeando diez mil cosas hasta el estrés y sufriendo porque no las alcanza.

Ajústese al manual de instrucciones. Cuando hagamos Iglesia; todo está dicho.

Tome su biblia y háblele al primero que encuentre, sobre la muerte de Cristo en la cruz, dígale que al tercer día resucitó de los muertos, que lo hizo para pagar el precio de sus pecados y que si  cree en Él no será condenado, mas tiene vida eterna.

Si cree y acepta a Cristo como su Salvador, comience a enseñarle a vivir  considerándolo su Señor cada día. ¡HÁGALO AHORA MISMO!

Eso es todo; Ha comenzado a hacer iglesia; Con la visión de Cristo:

¡Hágalo Sencillo!

Dios Te bendiga.

Pastor Verde.

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Pastor Verde
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